En los detalles está la Belleza

La belleza es la hermosura interior que se refleja hacia fuera. No sólo está el gozo de la vista que contempla la belleza exterior y se recrea en sus líneas. La capacidad para descubrir la otra, la interior, indica una facultad más elevada, la de de ser exploradores de la intimidad ajena, lo que a la larga va a ser una valiosa adquisición o valor.

En la Historia de la Humanidad siempre se ha hablado de tres tipos de Belleza:

a) La belleza natural: Es la belleza que se encuentra en las cosas de la naturaleza. Un paisaje, el vuelo de un pájaro, unas cataratas, unas montañas, el mar, unas nubes, etc. Su fuerza radica en entrar por los ojos, en ser rotundo a la hora de mostrarse. Esta belleza natural es fuente de agrado y complacencia para los sentidos exteriores. Va de fuera para adentro. Me enriquece. Me ennoblece.

b) La belleza artística, es decir, la plasmada en el arte: Es la belleza de un hermoso cuadro, un edificio, una escultura, una pintura, un discurso. El Renacimiento se encargó de transmitirnos un nuevo estilo de belleza basado en la armonía y el orden, canon que cambiará en los siglos XVII (Barroco) y XVIII (Ilustración y Neoclasicismo). Esta belleza artística quedará reflejada en las artes plásticas (arquitectura, escultura y pintura) y en las artes del movimiento (música, coreografía y poesía). También es una belleza que va de fuera para adentro. Nos exalta. Nos enriquece y ennoblece.

c) La belleza moral o interior: es el orden, el equilibrio, la bondad interior de la persona. Es el conjunto de unidad, verdad, bondad, espiritualidad en armonía, orden, proporción…que cada uno de nosotros tiene en su interior. Es la armonía entre las acciones del hombre y el ideal de su vida (ideal que decide su vocación y su misión en la misma). Es la coherencia entre la conducta del hombre y la meta o ideal que persigue. Albert Einstein dijo: “La belleza reside en el corazón de quien la contempla”. Esta es la belleza en la que nos detendremos. Es la belleza que uno tiene dentro como fuente para saciar la sed propia y la de los demás. Llega a ser fuente de alegría constante, de gozo consolador, de encanto arrebatador. Genera amor y alegría renovada en quien la contempla y se beneficia de ella, en el trato con esa persona. Esta belleza interior se exterioriza en resplandores de bondad, veracidad, honestidad, coherencia, simplicidad, encanto, armonía, equilibrio. Por eso, una persona será bella interiormente en la medida en que viva y se alimenta de las otras cualidades del ser: unidad, verdad, bondad.

En Quantum la única Belleza que descubrimos es la que aflora en cada client@ cada vez que viste nuestras prendas y se encuentre a si mism@, sacando desde su interior la mayor expresión de Belleza jamás vista.